La cirugía bucal incluye tratamientos como la extracción de dientes incluidos o semi-incluidos en el hueso (generalmente terceros molares o “muelas del juicio”), extracción de restos radiculares, eliminación de granulomas y quistes (periapicales, maxilares y mandibulares), remodelación del hueso (antes de colocar una prótesis), tratamiento de frenillos, toma de biopsias (parte del tejido para analizarlo), realización de una ventana quirúrgica (acceso a un diente retenido para proceder a su tracción con ortodoncia), etc.

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También incluye la regeneración ósea (injerto de hueso), elevación del seno maxilar (para aumentar el soporte óseo de los implantes en esa zona), cirugía estética de la encía (para reparar una retracción o para eliminar el exceso de encía) y la colocación de implantes osteointegrados (para sustituir a los dientes perdidos).

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El implante dental es una especie de tornillo que se integra en el hueso (osteointegración) y hace las funciones de la raíz del diente (es una raíz artificial). Esta unión al hueso tarda entre 3 y 6 meses, aunque en ciertos casos pueden utilizarse implantes de carga inmediata (se coloca una prótesis atornillada provisional en espera de la osteointegración, para luego colocar la prótesis definitiva).

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Para muchos de estos tratamientos se requiere la realización de un escáner intraoral. Todos ellos necesitan el uso de anestesia y, en su mayoría, la sutura de la herida.